Una escena simple: Julia Roberts cocina para sí misma huevos de muchas maneras distintas, para descubrir cómo le gustan los huevos. No recuerdo nada más de esa película, pero esa escena la he citado tantas veces en sesión que se ha convertido en parte de mi repertorio de metáforas.
¿Sabes por qué te hablo hoy de ella? Porque muy a menudo me preguntáis la diferencia entre varias terapias, y queréis saber cuál es la que más os conviene, la que mejor se adapta a vuestro caso, o a vuestras necesidades. Cuando me preguntáis cómo elegir siempre os respondo lo mismo: es cuestión de feeling.
Cada profesional tiene conocimientos y experiencias distintos, y te puede ayudar desde su punto de vista. Si quieres saber si es un profesional “de fiar” pregúntale por su formación, por su experiencia, por referencias de otros clientes… Y sobretodo, por encima de todo, escucha a tu tripa: si te sientes a gusto, escuchado y bien cuidado, es un buen profesional para ti.
Y para confiar en tu instinto debes saber lo que te gusta y lo que te sienta bien. Porque, al fin y al cabo, una de las claves de la vida es conocerse uno mismo.
Por eso te pregunto, ¿sabes cómo te gustan los huevos? ¿Sabes lo que te sienta mejor para cuidar y mejorar tu salud y tu bienestar?
Piénsalo. Siéntelo. Y si quieres que te ayude a descubrirlo, RESERVA TU CITA
(Ah, por si te lo preguntas, la película es Novia a la fuga. No te la recomiendo porque ya te he dicho que no recuerdo nada de ella. Si la miras -o ya la has visto- ya me contarás qué tal.)